20060906

EL ARRANQUE DEL SEGUNDO MANDATO URIBE

Alberto López Nuñez

Como ya es sabido el pasado mes Alvaro Uribe tomó posesión el pasado mes, luego de haber sido reelecto con el 62 % de los votos en primera vuelta de las elecciones en el primer trimestre de este año. Consideramos que la razón fundamental de su reelección fue el éxito de su política de seguridad democrática, que ha puesto en jaque a los grupos subversivos armados de izquierda y derecha originariamente, pero que hoy en día no son más que narcoterroristas, que acechaban la paz y la libertad en Colombia.

El hecho de que las FARC y el ELN hayan sido arrinconados, quitándosele gran parte del territorio en su control y que los paramilitares se hayan desmovilizado, ha dado una gran confianza a los colombianos, lo cual ha incidido en un clima de gran recuperación económica, política y social. Los inversionistas, tanto colombianos como extranjeros, no piensan dos veces en invertir en Colombia, lo cual ha generado un boom económico, que ha traído consigo un mejoramiento del nivel de vida de la mayoría de los colombianos, con el aumento del empleo y de la productividad.

Factor primordial en la generación de un clima de confianza y su consecuente mejoramiento de la economía, ha sido el marco conceptual en el que se ha desarrollado la política económica de Uribe: dentro de las premisas de un régimen de libertad económica y de un Estado Promotor, se ha inducido un elevado nivel de crecimiento económico y una reducción del nivel de pobreza extrema. Prueba de la eficacia de esta política económica, es el retiro de la misión del FMI, que vigilaba la conducción de la política fiscal colombiana, pues ya esto no es necesario, porque Colombia ha saneado sus finanzas públicas, y tiene un grado de crédito aceptable; con la próxima entrada en vigencia del TLC con los Estados Unidos, previa aprobación de los respectivos Congresos, lo que se espera es que Colombia alcance un grado de confianza plena en los indicadores de riesgo financiero, lo cual redundaría en el clima de confianza de los inversionistas, provocando un mayor incremento del crecimiento económico, con los respectivos beneficios sociales que ello conlleva.

Por supuesto que a pesar de todo esto, a Uribe se le presenta grandes retos: el arribo a una paz definitiva en el país, la eliminación del gran nivel de desigualdad económica que persiste en Colombia, la reorganización total del sistema judicial que manquea todavía de ineficacia y desigualdad, el mejoramiento de la infraestructura en todo el territorio nacional, la superación del estado de caos en la seguridad social, mejoras en los niveles educativos y de salud de la población, son entre otros los grandes retos de Uribe.

Estos retos requieren de un gran esfuerzo, es una tarea ardua y a largo plazo. Por eso es que Uribe no se conformó con un plan de gobierno para su período, sino que estableció un plan de desarrollo integral del país para toda la década.

Aquí, en lo político, es donde debe desarrollar una gran tarea Uribe; es necesario que haya continuidad en la labor de gobierno, y en esto el gran reto que tiene el Presidente colombiano, es que sus peores enemigos son sus copartidarios. El odio mellizal entre los 2 más firmes precandidatos del uribismo: Juan Manuel Santos y German Vargas, ha determinado que este último, en una actitud egoísta, esté jugando a su beneficio personal, más que al éxito del gobierno, obstaculizando la labor de Uribe con una alianza con los Liberales, que podría determinar el final del movimiento uribista.

Colombia se encuentra en un período de transición política, entre el viejo sistema bipartidista, y un nuevo sistema de partidos revigorizado y fortalecido. Es menester para la salud democrática del país, que se conforme un nuevo sistema de partidos colombiano, idealmente siguiendo el modelo francés con dos bloques: uno de centro-derecha (conformado por un partido liberal representante del uribismo y el Partido conservador) y un bloque de centro-izquierda ( conformado por el Partido Liberal tradicional – hoy socialdemócrata- y el Polo Democrático). De no aglutinarse el uribismo e ir dividido a las próximas elecciones presidenciales podría suceder lo que nunca ha ocurrido en Colombia: el arribo de un populista al poder por medio de elecciones, y esto por supuesto sería nefasto para el país.