20070703

ASESINATO BARBARO

Alberto López Núñez


No encuentro palabras para definir el escabroso acto de las FARC de asesinar a 11 de sus secuestrados, los cuales están en condiciones peores que los campamentos de exterminio nazi; considero que no existe palabra en cualquier idioma que pueda describir tan salvaje, contumaz y sanguinaria acción; estuve durante algún tiempo dándole vueltas en la cabeza a como definir tal asesinato, y no me parecía ninguna tan oprobiosa para definir el crimen de las FARC, decidí pues copiarme de la descripción de su santidad el Papa Benedicto XVI, quien lo definió como un asesinato bárbaro. Y aún así creo que las palabras se quedan cortas, no he visto en reseñas de antropología y de historia, algo tan cruel y demente como este asesinato a sangre fría, Calígula y Hitler son poco para definir esta ejecución temeraria de los narcoterroristas de la FARC.

Sólo se puede calificar de perverso a quien dude que la muerte de estos 11 secuestrados fue una ejecución a sangre fría de las FARC. Todas las evidencias demuestran que fue un asesinato fríamente calculado: ni siquiera se atrevieron a inculpar al Ejercito, como es su consuetudinaria costumbre, se indica que murieron en un enfrentamiento con un grupo armado no identificado, lo cual es la mayor demostración de culpabilidad, pues la inteligencia de la FARC es muy diestra y a más de una semana del acontecimiento ya sabría de quien sería el supuesto ataque; pero no sólo eso, lo culpabiliza el que no haya ningún otro muerto ni herido de ningún bando; para más el asesinato sucedió el mismo día de la muerte de uno de los principales capos de la FARC, JJ, tan importante que le reportaba directamente a Alfonso Cano; el asesinato bárbaro no fue pues sino una retaliación sin mesura por el asesinato de ese salvaje terrorista. Si se quiere más pruebas, aquí van algunas mas: el Ejercito no hizo ninguna movilización en el área, ni el sistema de monitoreo electrónico que tiene las Fuerzas Armadas muestra el más mínimo movimiento de los guerrilleros en esa área ese día, además la hora de la publicación en Internet, demuestra que el objetivo era agarrar desprevenido al gobierno colombiano, y tener la máxima cobertura publicitaria en Europa, pues por la diferencia horaria, era madrugada en Colombia, pero hora de los noticieros matutinos en Europa, además de que por no tener noticias oficiales confundieron a los medios de ese continente haciéndolos suponer que había habido un intento de rescate por parte del Ejercito, liberándose parcialmente de la culpa a los guerrilleros, pues en ese caso hubiese sido un enfrentamiento y no una ejecución en frío. Finalmente, la demora en la entrega de los cadáveres, es una prueba más de su ejecución, pues impedirá una investigación forense efectiva.

Da lastima que no haya habido un unánime y resonante repudio en Colombia de tan macabra acción de la FARC, que se intente responsabilizar por igual al gobierno y a las FARC, la única responsable de esas lamentables muerte son los narcoterroristas de la FARC, quienes los tenían secuestrados y quienes los ejecutaron. Da grima el comunicado del “grupo de apoyo”- Suiza, España y Francia, llamando a una encuesta de Derecho Humanitario, equiparando a las FARC con el legítimo gobierno colombiano, parecen ser más que estados de Derecho Internacional, defensores del desquiciado grupo armado.

Lo único positivo que queda de este lamentable episodio es la firmeza del presidente Uribe, frente a las FARC, su mantenimiento en la decisión de no ceder al chantaje de la FARC del despeje de municipios, que servirían de corredor estratégico a la expansión del mínimo territorio que hoy está en mano de esos terroristas, gracias a la contundente y firme acción del gobierno frente a la FARC. Con su firmeza, Uribe demuestra su talante de estadista y comprueba la seriedad de un Estado frente a la amenaza de un grupo narcoterrorista, que de cara a su derrota segura en un mediano plazo, se desquicia y recurre a asesinatos bárbaros, como el cometido a los 11 diputados del Valle.